ARRASATE. DV. Todo el mundo a pensado alguna vez en volar, despegar los pies de la tierra y conseguir la respuesta a esa pregunta que nadie sabe contestar: ¿A qué huelen las nubes? El deseo de mezclarse entre las nubes siempre ha estado presente en la vida del hombre, un sueño de todas las generaciones, una necesidad de saborear esa libertad de contemplar el mundo bajo tus pies. Algo que sí ha conseguido Amillena, Club de Deportes Aéreos del Alto Deba.
Con 17 socios federados , siete en modalidad de ala delta y diez en parapente, Amillena lleva más de 20 años elevándose a los cielos de Euskadi. El club, que en un principio se denominaba Ikarus, nació en los años 80. Un grupo de arrasatearras apasionados por este deporte extremo, se animaron a aprender a volar. Se desplazaron hasta Pamplona con ánimo de aprender los conocimientos fundamentales del ala delta. Una de las pioneras fue Eli Bolinaga, que falleció en accidente de ala delta en Orduña.
El club Ikarus fue creciendo poco a poco. A mediados de los 80 nació una nueva modalidad, el parapente. Este nuevo deporte aéreo fascinó a más gente por lo que el club deportivo aumentó su número de socios. El parapente se convirtió en amo y señor de los cielos. El instrumental que los pilotos llevaban a cuestas era más fácil de transportar, aunque no dejaba de pesar entre 10 y 20 kilos.
Los instrumentos básicos son el parapente, planeador flexible que no consta de motor, el varímetro, sensor con el que se determina entre otras cosas la velocidad vertical del piloto dentro de una masa de aire. Asimismo, localiza la situación de las corrientes térmicas. Los pilotos también utilizan un GPS, el cual ofrece distintos parámetros como la altitud o el tiempo de vuelo. Y cómo no, todos ellos deben llevar accesorios de protección, como por ejemplo el casco.
Actualmente, este deporte todavía está arrancando en Euskadi. Como informa uno de los socios del club Amillena, Andoni Ruiz de Azua, la agrupación de pilotos es todavía escasa.
Pero esto no les impide que sigan disfrutando de su deporte favorito, el parapentismo.


Competiciones
La sección de parapente de Amillena participa en diversos campeonatos durante la temporada, que se establece entre junio y septiembre. Una de ellas es la Liga Norte, campeonato que se realiza a nivel del País Vasco y al que normalmente acuden también deportistas de La Rioja. Arangoiti, Ioar y Loarre han sido los puntos de encuentro este año en dicha Liga, en la cual participaron una total de 58 personas. Allí estaban también los pilotos de Amillena.
Otra de las competiciones en las que participan es el Campeonato de Euskadi, organizado este último año por el club del Debagoiena entre Orduña, Ioar y Arangoiti, en el que llevan conseguidos dos segundos puestos y un tercero en los últimos tres años.
Incluso hay gente del club que se anima a competir a nivel nacional, como es el caso de Iñigo Díaz y Josemi Isasa, que compitieron en el Campeonato de España celebrado en Arcones (Segovia). Cabe destacar que Josemi Isasa consiguió volar cerca de 100 kilómetros en línea recta, aprovechando las buenas condiciones meteorológicas de aquella zona.
Con el frío y los vientos fuertes, ha llegado el final de la temporada. El día es corto y el tiempo no es estable por lo que no permite que el suelo se caliente y se desprendan las térmicas, fundamentales para el desarrollo de este deporte. «Sin ellas no podríamos volar», afirma Ruiz de Azua.
Entre Aloña y Orduña
El club Amillena conoce al milímetro los lugares privilegiados para volar en el Alto Deba. «Por la cercanía nos gusta volar especialmente de Aloña y Kurtzebarri», señala Ruiz de Azua. Otra zona en la que frecuentemente vuelan es Orduña. «Es un sitio con encanto», asegura el arrasatearra.
Durante la temporada de vuelo visitan mucho esta zona, aunque cada fin de semana cogen el coche y se desplazan hasta cualquier localidad para disfrutar del día en su parapente.
«Pies para qué los quiero, si tengo alas para volar», decía la famosa pintora Frida Kahlo. Algo que los pilotos de Amillena hacen realidad cada vez que se suben al parapente.
Fuente: diario vasco